Shimabara, prefectura de Nagasaki, Kyushu
orilla oriental de la península de Shimabara, la ciudad cuenta con tantos manantiales naturales que es conocida como la «ciudad del agua».
Un viaje a Shimabara es como viajar al pasado: desde el castillo reconstruido de la ciudad y sus manantiales centenarios hasta las especialidades regionales que han alimentado a los habitantes de Shimabara durante generaciones.
Un viaje al pasado para descubrir los cristianos japoneses, la rebelión, la perseverancia y el renacimiento.
La historia viva de Shimabara
En Shimabara, el pasado parece cobrar vida. Desde los señores feudales que, disfrazados, deambulan por el castillo, hasta las recetas recuperadas en la cocina local, la historia es palpable en cada rincón.
Con una larga historia, la ciudad fue el escenario de una gran revuelta —la Rebelión de Shimabara— que devastó la región en 1637-1638. En los años sucesivos, la ciudad vivió un renacimiento, pero también empezó la persecución de los católicos de la zona, obligados a vivir clandestinamente a partir de ese momento. El cristianismo se convirtió en un culto ilícito que había que ocultar y sus imágenes religiosas se adaptaron para pasar desapercibidas, como laestatua de María Kannon, la Virgen convertida en la diosa budista de la misericordia.
Es una historia increíble en una ciudad asombrosa, esperando a ser descubierta.
Un crucero en el ferry de Ariake para llegar a la ciudad
La mejor manera de llegar a Shimabara es en barco, cruzando el mar de Ariake. También se llega en autobús o en coche desde la región de Nagasaki, pero la forma más emocionante y espectacular de comenzar el viaje es por mar.
El mar de Ariake es la bahía más grande de Kyushu. Con suerte, durante la travesía, se podrán avistar las marsopas negras sin aleta, unos pequeños delfines que nadan en estas aguas.
El viaje desde el puerto de Nagasu (en Kumamoto) hasta el de Taira (en Shimabara) ofrece unas vistas impresionantes de montañas y de paisajes urbanos.
Entre otoño y primavera, se podrán ver grandes bandadas de gaviotas que pasan el invierno en la zona. A bordo del barco se vende un pan sin conservantes apto para gaviotas, llamado Kamome Pan (pan de gaviota). El pan es tan delicioso y esponjoso que todos pueden probarlo.
Una vez en el puerto de Taira, hay trenes y taxis que llevan a la ciudad con castillo.
Un paseo entre guerreros en el castillo de Shimabara
Fuertes muros y un impresionante foso rodean el castillo de Shimabara, de cinco pisos de alto. El castillo fue construido por Matsukura Shigemasa. Su construcción empezó en 1618 y se terminó siete años después.
Sin embargo, este no es el castillo original. Tras haber acogido a diecinueve generaciones de señores feudales de cuatro clanes diferentes, el castillo fue abandonado a principios del periodo Meiji (1868-1912) y posteriormente desmantelado. En 1964 se reconstruyó el torreón y el lugar se convirtió en un museo dedicado a la historia y la cultura de Shimabara.
Durante la visita, un ejército de guerreros está esperando en el castillo. Estos samuráis forman parte del Shimabara Bushoutai, un equipo de actores guerreros que recorren el recinto respondiendo a preguntas, posando para fotos y haciendo alguna que otra demostración. Junto a la entrada del torreón es posible disfrazarse de samurái o de ninja y hacerse fotos.
Dejando atrás los disfraces, empieza la visita para descubrir la historia de la ciudad. Documentos históricos y reliquias detallan la historia del cristianismo en la zona —incluyendo los años de culto clandestino—, la devastadora rebelión, la vida de los señores daimyo y la vida de la gente común. Una vez terminada la visita, se puede subir al último piso para disfrutar de las vistas panorámicas.
Después de la historia, es hora de descubrir las especialidades locales.
La sopa que ayudó a resistir a todo un ejército rebelde
Durante la Rebelión de Shimabara, el ejército rebelde fue asediado en su fortaleza durante tres meses. Se cuenta que los rebeldes combinaron mochi (pasteles de arroz glutinoso) con ingredientes del mar y de la montaña para hacer una sopa japonesa conocida como ozoni. Esta sopa fue la que les permitió resistir tanto tiempo.
Ciento setenta y seis años después, en 1813, un comerciante local utilizó el ozoni de los rebeldes como base para crear esta especialidad de Shimabara, el guzoni. Gu significa «ingredientes sólidos» en japonés, por lo que guzoni quiere decir literalmente un ozoni repleto de sustento extra.
Se puede degustar un cuenco de esta sopa caliente y reconfortante en Himematsuya, que sigue gestionado por los descendientes del creador del plato. La sopa se elabora con trece ingredientes, entre los que destaca la raíz de bardana, pollo y congrio a la parrilla, y caldo de bonito.
Al tratarse de una sopa de la ciudad del agua, evidentemente el caldo y el mochi se elaboran con agua fresca de manantial. Es un sabor que evoca la ciudad y su pasado.
Rejuvenecer con un cuento de dulce renacimiento
El agua de manantial está presente en gran parte de la cocina local. Paseando por la ciudad se descubrirán pilas de agua desgastadas por el tiempo, pero que aún son de uso público. Según la distancia que las separa del manantial de origen, el uso de las pilas varía: las más cercanas al manantial proporcionan agua para cocinar, luego están las pilas para lavar los platos, y así sucesivamente.
Junto al manantial de Hamanokawa Yusui, se encuentra Ginsui, una tienda de dulces muy querida que cerró en 1997 tras la muerte de la segunda generación de propietarios. Gracias a los esfuerzos de la comunidad, que consiguió recrear minuciosamente una receta secreta, fue reabierta como Centro de Turismo e Intercambio Cultural en 2016.
La tienda original es famosa por haber creado el kanzarashi, una especialidad local hecha con unas bolitas de harina de shiratama (arroz glutinoso) y un sirope secreto sutilmente dulce. Se utiliza el agua de manantial de Hamanokawa Yusui para enfriar y cocinar.
Se pueden degustar delicias de Shimabara en el interior renovado de la tienda original. Y en invierno, entrar en calor con un humeante cuenco de zenzai, una sopa dulce de judías azuki y el mismo tipo de bolas de shiratama que las del kanzarashi.
Es otro sabor de la ciudad. Más dulce y reciente, pero elaborado con la misma agua y espíritu de perseverancia que el venerable guzoni.
Shimabara es ideal para explorar la singular historia de la ciudad mientras se disfruta de su gastronomía. Con sus elevados muros de castillo, sus estrechas callejuelas y sus manantiales, Shimabara invita a vivir un presente entrelazado a su pasado. La ciudad del agua bien merece una inmersión.
Contacto
Ferry de Ariake
Terminal del puerto de Taira: 2-28 Hijikuro, Kunimi-cho, Unzen, prefectura de Nagasaki 859-1311
Terminal del puerto de Nagasu: 2168-25 Nagasu, distrito de Tamana, prefectura de Kumamoto 869-0123
Himematsuya
1-1183-1 Jonai, Shimabara, prefectura de Nagasaki 855-0036
Castillo de Shimabara
1-1183-1 Jonai, Shimabara, Nagasaki Prefecture 855-0036
Centro de Turismo e Intercambio Cultural, Ginsui
2-1093 Shirachimomoyama, Shimabara, prefectura de Nagasaki 855-0811
Cómo llegar
Shimabara se encuentra en la costa este de la península de Shimabara, en la prefectura de Nagasaki de la isla de Kyushu. El aeropuerto más cercano es el de Nagasaki, con vuelos directos desde varios aeropuertos nacionales. Desde el aeropuerto a Shimabara se tardan unas dos horas, con una combinación de tren y taxi. Desde el puerto de Nagasu, el ferry tarda unos cuarenta y cinco minutos (llegada al puerto de Taira) y desde el puerto de Kumamoto una hora aproximadamente (llegada al puerto de Shimabara). Hay trenes, autobuses y taxis para viajar por Shimabara y sus alrededores.
Itinerarios recomendados
En la península de Shimabara se encuentran numerosas maravillas naturales. Se puede explorar la geología de la zona en el Geoparque Mundial de la UNESCO de la Zona Volcánica de Unzen, o visitar el Parque Nacional de Unzen-Amakusa para admirar su belleza natural. Para relajar el cuerpo y el alma, se puede dar un salto a los baños termales de la zona, como el Obama Onsen y el Unzen Onsen. O un poco más lejos, viajando también en el tiempo y espacio, se puede ir al Huis Ten Bosch, un parque temático que recrea una Holanda medieval.
Enlaces relacionados
Agencia de Turismo de Shimabara (japonés)
Oficina de Turismo de Shimabara (japonés)
Castillo de Shimabara (japonés)
Nagasaki
Mapa
Cocina destacada
El guzoni es una variación regional del ozoni, una sopa tradicional japonesa que contiene mochi (pasteles de arroz glutinoso) y verduras. El guzoni usa como base la sopa que supuestamente alimentó a las fuerzas rebeldes en el asedio a su castillo durante la Rebelión de Shimabara. El kanzarashi es un dulce japonés que combina una salsa de sirope dulce con bolitas de harina de arroz. Tanto el guzoni como el kanzarashi utilizan agua de manantial de Shimabara como ingrediente y agente refrigerante. Son auténticos platos locales de la ciudad del agua.
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Autor
Autor: Helen
Helen nació en una pequeña ciudad del centro de Canadá. Poco después de licenciarse en Historia, el deseo de estudiar kárate en su país de origen la llevó a Japón. Desde que llegó en 2006, ha obtenido el segundo dan de kárate Goju-Ryu, se ha sumergido de lleno en la cultura japonesa a través de un matrimonio intercultural y ha escrito sobre Japón para diversas publicaciones. Le encanta viajar en shinkansen, acurrucarse bajo una manta kotatsu y comer cualquier cosa con mochi.
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