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Le Sorcier, en la prefectura de Yamaguchi, redefine la exclusividad. El chef propietario, Keiichi Hashimoto, estudió originalmente arquitectura antes de decidir formarse en la cocina clásica francesa, lo que se refleja en sus exquisitos platos. Inspirándose en las pinturas de René Magritte, se tienen en cuenta los colores, las texturas y el espacio negativo. El chef Hashimoto perfeccionó su estilo en Tokio durante diez años antes de encontrar la inspiración en la región de Yamaguchi.

Le Sorcier solo tiene capacidad para un grupo por comida, un máximo de seis personas, y es notoriamente difícil de reservar. Sin embargo, la cocina merece la pena: su menú francés se elabora en torno a los productos que Hashimoto obtiene de la zona de Yamaguchi. El origen de cada ingrediente es decididamente japonés, pero sus tratamientos son indudablemente franceses. El menú cambia a diario, y se beneficia de las estrechas relaciones que Hashimoto ha establecido con los proveedores a lo largo de su carrera. Comer en Le Sorcier es algo íntimo, con solo unos pocos asientos en un comedor tranquilo. Cada plato se acompaña con vinos franceses en su mayoría. Su fama ha llegado a oídos de los amantes de la gastronomía de todo el mundo, que reservan con meses de antelación para disfrutar de este íntimo placer culinario.