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Templo Kenninji 建仁寺

Kennin-ji Kennin-ji
Kennin-ji Kennin-ji

Kenninji atesora un gran número de obras maestras de arte y diseño japonés

Los extensos terrenos del templo Kenninji, muy cerca del bullicio de las calles Hanamikoji y Shijo, resultan perfectos para dar un agradable paseo. Sus dos karesansui (jardines de paisaje seco) ofrecen al visitante un oasis de tranquilidad. Se cree que es el templo zen más antiguo de Kioto.

No te pierdas

  • El biombo dorado de los dioses del viento y el trueno
  • La procesión de la vasija del té, celebrada cada mes de mayo
  • El jardín de paisaje seco basado en una conceptualización del universo

 

 

 

 

Cómo llegar

Recurre al tren y al autobús desde la estación de Kioto para llegar al templo.

En la estación de Kioto puedes subir a varios autobuses, como los números 100, 12, 46, 202, 206 y 207, hasta Gion.

La estación de metro más cercana es la de Gion-Shijo, en la línea de metro Keihan. Pasea por la calle Shijo en dirección este hasta llegar a la calle Hanamikoji, que distinguirás rápidamente por la llamativa casa de té roja de la esquina. Sigue recto por la calle Hanamikoji hasta Kenninji, ubicado justo después del teatro.

Un lugar tranquilo lejos del bullicio del centro de Kioto

Aunque los orígenes de Kenninji se remontan al siglo XIII, quedan pocos restos de este período. Los edificios originales del templo, al igual que gran parte de Kioto, fueron arrasados por el fuego.

Una de las estructuras más antiguas es la Yatate-mon, o «puerta de la flecha», llamada así debido a las cicatrices que en ella se aprecian de la Guerra de Onin (1467-77), cuando la mayor parte de Kioto quedó destruida por el fuego.

 

 

Obras maestras artísticas

El templo Kenninji alberga numerosas e importantes obras de arte y diseño, como pinturas, esculturas y un jardín zen.

Una de las obras más reconocibles que se puede encontrar aquí es el magnífico biombo de Tawaraya Sotatsu de Fujin y Raijin, los dioses del viento y del trueno. Aunque es una réplica —el original se conserva en el Museo Nacional de Kioto—, sigue siendo espectacular. En él los grandes dioses están representados en un fondo de pan de oro.

No te olvides de observar detenidamente el techo cuando entres al salón principal: el mural de los dragones gemelos del techo, aunque se trata de una obra mucho más reciente, no es menos impresionante.

 

 

Descubre los orígenes del zen y la tradición del té

Kenninji está intrínsecamente vinculado a dos importantes figuras de la escuela zen del país: el monje Eisai, su fundador, que introdujo por primera vez el budismo zen en Japón, y Dogen, que fundó la escuela Soto zen.

Ambos hombres viajaron a China a principios de la década de 1200, un periplo que en aquella época suponía un recorrido largo y arriesgado, para traer el budismo zen a Japón. 

Para el budismo zen es muy importante la meditación o zazen. El zen evolucionó hacia mucho más que solo una filosofía y llegó a estar presente en las artes, como la ceremonia del té, cuyos practicantes buscaron una belleza imperfecta y rústica.

Fue rápidamente auspiciada por los aristócratas y la clase guerrera, como el despiadado shogun del siglo XVI Toyotomi Hideyoshi, quien encargó la construcción de la sala de té que encontrarás en los terrenos del templo.

La procesión de la vasija del té celebrada en mayo alude a la fuerte conexión del templo con los orígenes del consumo de este producto en Japón.

La historia del té es una parte integral de la historia de Kenninji. De hecho, verás arbustos de «Camellia sinensis» (té) repartidos por los jardines del templo. Se dice que Eisai trajo las primeras semillas de té de China y estas se plantaron en Uji, un pueblo a 1 hora del centro de Kioto que a día de hoy produce el mejor té verde del país.

El tipo de té verde que bebían estos primeros monjes zen era matcha, o té verde en polvo, aclamado hoy por sus propiedades saludables. De hecho, originalmente el té no era solo una bebida agradable, sino que se consumía por su poder medicinal y su alto contenido en cafeína, que los monjes necesitaban en ocasiones para superar las agotadoras sesiones de meditación.

Cada mes de junio se recibe la visita del director de la escuela Urasenke de la ceremonia del té, que presenta sus respetos a Eisai y ofrece un tazón de té a su estatua.

Diseño zen

El jardín de paisaje seco se basa en la famosa pintura con tinta del círculo, cuadrado y triángulo del monje Sengai. Se considera que es una conceptualización del universo.

Prevé pasar al menos 1 hora en Kenninji para ver las magníficas obras de arte que alberga y vivir un momento de tranquilidad en el jardín zen.



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