Diez siglos de tesoros artísticos japoneses y chinos en un entorno con rostros modernos y tradicionales
Situado en la cima de una colina y al norte de Atami se encuentra el Museo de Arte MOA, especializado en Asia oriental, principalmente cerámica, escultura, metalistería, caligrafía, pinturas y mucho más procedente de Japón y China. Algunas de las piezas tienen más de mil años, y hay tesoros nacionales en la colección. Uno de ellos es la obra maestra de Ogata Korin: «Flores de ciruelo rojas y blancas», pintada en un par de pantallas plegables de dos paneles.
No te pierdas
- Los tesoros nacionales en exposición
- El jardín del té y la residencia de Korin
- Las vistas del Pacífico desde Moore Square
Datos breves
En el Museo de Arte MOA hay una reconstrucción de la sala dorada de ceremonia del té que en su momento perteneció al señor de la guerra Toyotomi Hideyoshi
Hay 3500 pinturas, obras de caligrafía, esculturas y cerámicas en este lugar
La entrada del museo, llamada Moore Plaza, muestra la obra de bronce de Henry Moore, «Rey y reina»
Cómo llegar
Se puede llegar al museo en tren, incluido el tren bala, y luego en autobús o taxi.
El Museo de Arte MOA está muy cerca de la estación de Atami, una parada de tren bala. Desde allí, puedes tomar un autobús con destino al museo y llegar en siete minutos o en taxi en tan solo cinco minutos.
Una arquitectura sorprendente, un entorno exuberante y un toque de historia
Un teatro Noh completo y la interminable espiral de la Sala Circular en su interior compensan muy bien las líneas exteriores cuadradas y monolíticas del museo. Los alrededores son exuberantes y verdes y te invitan a pasear por ellos, especialmente por el jardín del té del Museo de Arte MOA.
Otro punto destacado es la residencia Korin, un edificio urbano reconstruido al estilo Sukiya y utilizado para las casas de ceremonia del té, basado en una casa que el artista Ogata Korin poseía en Kioto en 1712.

Vistas al océano
El Museo de Arte MOA es un lugar perfecto para hacer una inmersión cultural profunda y disfrutar de auténtica tranquilidad. Las visitas a este lugar deberían durar, al menos, dos horas. Las imponentes vistas del mar desde Moore Square son un incentivo.