Rocas románticas y ranas de la suerte
Si visitas la zona de Mie en pareja, disfruta de una excursión por la costa para admirar el romanticismo y la belleza de los farallones Meoto Iwa o «rocas casadas». Estas rocas sagradas, con conexiones con el sintoísmo, simbolizan al hombre y la mujer y están unidas por una cuerda de paja de arroz, llamada shimenawa, que divide el mundo terrenal y el espiritual.
Datos breves
Con la marea alta, esta formación parecen dos rocas independientes
En verano, los amaneceres son especialmente pintorescos
Las ranas de un santuario vecino
Cómo llegar
Para llegar a Meoto Iwa, lo mejor es alquilar un coche. Hay zona de estacionamiento gratuita.
Si viajas en tren desde Ise, toma la línea JR Sangu en la estación de Iseshi hasta la estación de Futaminoura. <style type="text/css"><!--td {border: 1px solid #ccc;}br {mso-data-placement:same-cell;}--> </style> El trayecto dura poco más de 5 minutos. Desde ahí, disfruta de un paseo con vistas espectaculares de unos 15 minutos hasta Meoto Iwa.
Como alternativa, desde las estaciones de JR Iseshi y Kintetsu Ujiyamada hay un autobús que te lleva directo en unos 20 minutos.
Consejos para hacerte fotos
En esta formación rocosa sacarás fotografías inigualables por su ubicación, las mareas y la gruesa cuerda que une los dos farallones.
La mayoría de gente suele visitarla cuando la marea está alta y hay agua entre las dos rocas. En verano, se puede contemplar el amanecer entre las dos formaciones. Y si el día está despejado, se avista incluso el monte Fuji.

Rocas desafortunadas
Estas rocas son representaciones simbólicas de Izanagi y Izanami, la entidades hombre y mujer que crearon los dioses del panteón sintoísta. Varias veces al año se celebra una ceremonia para sustituir la gruesa cuerda que las une.
La roca más grande representa al hombre y la pequeña, a la mujer. Seguramente ahora entiendes por qué se llaman Meoto Iwa o «rocas casadas».

Ranas, fortuna y amor
Amaterasu, hija de Izanagi y Izanami, y antepasada mítica de la familia imperial de Japón, está enclaustrada en el vecino santuario Ise-jingu. Bajando por el camino del mirador de Meoto Iwa hay otro santuario más pequeño, Futami-Okitama.
Aunque está consagrado a Sarutahiko, líder de los kami terrenales, el santuario destaca por la multitud de ranas que decoran las inmediaciones. Estos animales se consideran de buen augurio ya que su nombre en japonés, kaeru, también significa «volver». Por eso, muchos visitantes piden recuperar cosas o personas que aprecian.

Más allá
Puedes aprovechar la visita a las rocas para visitar el Museo Hinjitsukan, una antigua pensión para la gente VIP que visitaba el santuario Ise-jingu .
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