Unzen Onsen 雲仙温泉

Unzen Onsen, famoso por sus cambios de color estacionales y por sus fuentes termales naturales de azufre que emanan de la tierra, fue designado primer parque natural nacional de Japón en 1934.

Se puede llegar en coche o en autobús.

Desde la ciudad de Nagasaki , tardarás alrededor de 1 hora y 20 minutos en llegar a Unzen.

Hay autobuses que salen desde varios lugares y llegan hasta Unzen Onsen. El viaje desde el puerto de Shimabara y la estación de Shimabara dura unos 40 minutos, y si es desde la estación de Isahaya, dura unos 90 minutos. Los autobuses desde y hasta Nagasaki tienen menos frecuencia de salida y el trayecto es de unos 100 minutos.

Unzen Onsen cuenta con abundantes fuentes de agua caliente, y es conocido como balneario desde principios de la era Meiji (1868-1912). En 1910, Unzen Onsen se transformó en balneario de verano por la afluencia de turistas de fuera de Japón. Desde ese momento, se fue convirtiendo en un referente para visitantes extranjeros y nacionales.

Otra de las atracciones de la zona son los Infiernos de Unzen. Aquí, las aguas termales brotan a borbotones, las fumarolas chisporrotean entrando en erupción, y el olor a azufre flota en el aire. Se pueden contemplar aguas termales hirviendo en más de 30 infiernos.

Estos campos termales, que reciben su nombre debido a su aspecto infernal, se utilizaban como lugar de tortura. Desde 1627 hasta 1631, muchos cristianos mártires encontraron la muerte en este lugar por sus creencias religiosas.

Por este motivo, se erigió el monumento como muestra de respeto a los mártires.

Unzen Onsen posee un olor característico a azufre y unas excelentes propiedades. Se dice que su poder antibacteriano es perfecto para mejorar el aspecto de la piel.

Entre sus múltiples propiedades beneficiosas, incluye la capacidad de aliviar el dolor muscular y de espalda y la de mejorar los síntomas de, por ejemplo, la fatiga y la diabetes, entre otras dolencias.

Si no dispones de mucho tiempo para visitar Unzen Onsen, aprovecha para poner los pies a remojo en su pediluvio de acceso gratuito. Aunque solo cuenta con diez asientos, es una parada muy popular para refrescar los pies después de una ruta por la ciudad.