Experiencias viajeros Hikone, la ciudad del castillo

¡Hola! Me llamo Adrián Arjona.

Trabajo como CIR (coordinador de relaciones internacionales) del JET Programme en el ayuntamiento de Hikone. Este es mi tercer año residiendo en la ciudad y me gustaría presentarte algunos de sus rincones más especiales.

Hikone, situado en la prefectura de Shiga, se encuentra aproximadamente a cuarenta y cinco minutos en tren desde la estación de Kioto y a dos horas y media en tren bala desde la estación Tokio (haciendo escala en la estación de Maibara). Los más avezados en historia japonesa sabrán que Shiga, antiguamente denominada región de Ohmi, fue uno de los lugares con mayor transcendencia del Japón feudal. ¿Te suenan nombres como Mitsunari Ishida o Naomasa Ii? Ambos fueron guerreros samuráis que dejaron huella en el país y desarrollaron su actividad principal desde Shiga.

El principal atractivo turístico de la ciudad es el torreón del castillo de Hikone, una de las cinco fortalezas designadas Tesoro Nacional de Japón. Fue hogar del clan Ii, uno de los pilares del shogunato (gobierno militar) Tokugawa. Su estructura se mantiene intacta desde que finalizó su construcción en 1622. Visitar su interior y descubrir sus secretos no tiene precio. Como fortín de guerra que es, cuenta con varios mecanismos de defensa en caso de asedio. Algunos de ellos incluyen, por ejemplo, un puente de madera en las inmediaciones listo para desarmarse de manera inmediata; aberturas ocultas en las paredes exteriores del torreón desde las que apuntar con arcos y arcabuces al enemigo e incluso un departamento estanco secreto en el que el señor del castillo pudiera esconderse de los asaltantes en última instancia.

A unos cinco minutos a pie se encuentran los jardines del Genkyuu-en, diseñados para que el señor del castillo recibiese a sus invitados. Cuentan con un estanque, un arroyo y una vegetación sumamente cuidada. En otoño se convierten en el destino ideal para disfrutar de la belleza del koyo (enrojecimiento de las hojas) y, en primavera, para contemplar la floración de los cerezos en sus alrededores.

El castillo de Hikone también goza de otra particularidad que atrae a visitantes de todo el país: la actuación de Hikonyan. Hikonyan es la mascota de la ciudad y se le considera uno de los máximos responsables del fenómeno “yuru-kyara” o boom de las mascotas producido en los últimos años en Japón. No importa la edad, desde los más pequeños hasta los más mayores disfrutan al máximo de la experiencia. Si vienes a Hikone, no olvides pasar a saludarle. ¡Hikonyan actúa todos los días del año!

Por cierto, ¿te gustan los jidai-geki o películas de época? A mí, sí. Me encantan. Si también es tu caso, te sorprenderás al conocer la cantidad de filmes de samuráis que localizan extractos de su acción en los escenarios del castillo. Entre los más conocidos: Kenshin, el guerrero samurái (Keishi Ohtomo, 2012), 13 asesinos (Takashi Miike, 2010), o la denominada trilogía del samurái de Yoji Yamada (El samurái del Ocaso, 2002; La espada oculta, 2004; y El catador de venenos, 2006). Producciones internacionales como la mini-serie de TV Shogun (Jerry London, 1980), adaptación cinematográfica de la novela homónima de James Clavell, que además cuenta con la actuación del ínclito Toshiro Mifune, también inmortalizó los escenarios del complejo del castillo en su extenso metraje. Como dato extra, debo mencionar que Hikone ha inaugurado su propio estudio para el rodaje de películas de época. Prisioneros de Ghostland (Sion Sono, 2021) hizo uso de sus sets el año pasado.

Si me permites salirme de la hoja de ruta principal, te recomiendo visitar las ruinas del castillo de Sawayama, antigua fortaleza de Mitsunari Ishida, oriundo de la región de ohmi y líder samurái del ejército de Oeste. La figura de Mitsunari es conocida en todo el país por su inquebrantable lealtad. Murió en combate defendiendo los ideales de su antiguo señor, Hideyoshi Toyotomi, en la batalla de Sekigahara, la contienda samurái con mayor transcendencia de la historia de Japón. Incluso los taxis de la ciudad lucen en su carrocería el diseño que ha adoptado el personaje en la conocida franquicia de videojuegos Samurai Warriors.

La entrada al lugar es mágica. Se encuentra separada a unos veinte minutos a pie de la estación de Hikone. Al llegar sentirás que has viajado al Japón de antaño. Estarás plenamente rodeado de naturaleza salvaje y sus sonidos. Varios carteles te advertirán de la posible aparición de monos salvajes. Lleva cuidado y, si te cruzas con alguno, evita mirarle directamente a los ojos. Tras atravesar un imponente y antiguo portón de madera, accederás a las inmediaciones de Ryotan-ji, un templo budista construido en el 1600 y uno de los más bonitos de la ciudad. Por unos 400 yenes (unos tres euros al cambio) podrás visitar su interior y disfrutar de la paz que se respira en sus cuidados jardines. Tras ello, solo resta que asciendas el monte Sawayama hasta su cima (unos veinte minutos) y que disfrutes de las increíbles vistas de la ciudad.

Por último, permíteme un breve apunte sobre la gastronomía de la región. ¿Conoces la carne de Ohmi? Es una de las tres carnes mejor valoradas de todo Japón. Te recomiendo que degustes el sukiyaki (cazuelita de ternera con verduras) de “Sennari-tei”, restaurante de corte tradicional situado en Castle Road, avenida que desemboca en el castillo. El menú de este plato suele rondar los veintiún euros al cambio. Para presupuestos más modestos, “Susi-hama”, junto a la estación de Hikone, y “Teru-chan”, junto a la oficina central de correos, ofrecen menús del día (higawari) muy recomendables por unos cinco euros al cambio.

Hasta aquí algunas de mis recomendaciones sobre esta fantástica ciudad. ¡Ojalá vengas pronto a visitarnos!