Hoy os queremos presentar la novela 'Le llamé corbata' publicado por Siruela. La autora, Milena Michiko Flasar, es de madre japonesa, lo que le ha permitido tener desde pequeña una gran conexión con Japón, país donde pasaba los veranos en casa de sus abuelos.
Le llamé corbata es una novela corta muy conmovedora que narra la relación de amistad entre: un salaryman de mediana edad y un jovencísimo hikkikomori que se conocen por casualidad en un parque. La editorial Siruela define la obra como “una novela bellamente escrita sobre gente que habla de cosas que normalmente silenciamos, que conjura el miedo a todo lo que se sale de la norma y nos muestra la enorme fuerza anárquica de la renuncia. Una historia sobre el Japón contemporáneo, que es a la vez una historia sobre la vida cotidiana de todos nosotros.”
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Ahora bien, es posible que muchos de nuestros lectores no estén habituados con las denominaciones salaryman o hikkikomori. Veamos de que se tratan:
-Salaryman: es un término utilizado comúnmente en Japón para designar a los trabajadores de grado medio de empresas, oficinas,… algo así como hombres de negocios. Los salaryman son parte de tejido urbano de las ciudades japonesas. Son fácilmente reconocibles por ir vestidos con un traje impoluto en cualquier época del año, incluido el caluroso verano. Entre semana, si en vuestros viajes a Japón cenáis en una taberna izakaya, seguro que os encontráis con grupos de salaryman relajándose después de una dura jornada de trabajo. Típicamente el nombre “salaryman” se refiere exclusivamente a los hombres, utilizándose “office-woman” para referirse a las mujeres.
-Hikkikomori: es la forma de referirse a las personas que por diferentes motivos (normalmente asociados a la ansiedad, presión, depresión, entre otros), deciden alejarse del mundo exterior a sí mismos encerrándose en una habitación y rompiendo por completo el contacto social, incluyendo a las personas cercanas, como los familiares con los que se convive. Aunque en la mayoría de los casos es una situación pasajera, puede llegar a durar años, por la negativa de la persona a recibir ayuda o incluso por el ocultamiento del problema por parte de los familiares. La figura del hikkikomori ha despertado mucho interés en los últimos años, habiéndose publicado muchos artículos y documentales analizando y explicando este fenómeno.
Además de estos dos conceptos, hay otras palabras en el libro que hacen referencia a diferentes aspectos de la cultura japonesa. Os explicamos algunos un poco más a fondo con la esperanza de que complementen vuestra lectura.
-Bento: son bandejas de comida para llevar, podríamos decir que es algo así como una fiambrera o “el tupper” con el que llevamos la comida al trabajo. Hay muchos comercios que venden bento preparados, pero también es muy común prepararlos en casa. Como curiosidad, hay un tipo especial de bento llamado ekiben, que combina las palabras eki (estación) y bento. Como os podéis imaginar que son bentos que se venden en estaciones para disfrutar en los trenes durante los viajes de media y larga distancia.
-Tadaima / Okaeri (nasai): se trata de una fórmula de saludo habitual en Japón cuando se llega a casa. Quien regresa al hogar, al entrar por la puerta exclama “tadaima” (ya estoy aquí) y quien ya está en la casa responde con un “okaeri” (bienvenido/a de vuelta). Otra formula similar sería la que se utiliza cuando alguien sale de casa (Ittekimasu / Itterasshai), donde quien se va dice “ittekimasu” (me voy) y quien queda en la casa responde con “itterasshai” (¡que vaya bien!). Curiosamente, se usa esta misma formula cuando uno se va de viaje.
-Miyajima: el único lugar de Japón que se menciona directamente en la novela es la isla de Miyajima, un destino pendiente de visitar por el salaryman y su esposa. Esta isla se ubica en la prefectura de Miyajima y es en ella se encuentra el santuario de Itsukushima, famoso por su enorme torii naranja en las aguas del Mar Interior de Japón. Este santuario está declarado Patrimonio de la Humanidad y es considerado una de las tres vistas escénicas más bellas de Japón, junto a la bahía de Matsuhima y Amanohashidate. Antiguamente, la propia isla se consideraba tan sagrada que se separó del santuario para que nadie mancillara el terreno sagrado. Por esta razón, la entrada al santuario, el torii, está construido en el mar. Eso sí, cuando la marea está baja, puede llegarse andando hasta el torii. Este santuario, que se estima que se construyó en el año 593, está dedicado a los dioses que protegen de las catástrofes del mar y las guerras.
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Si os llama la atención, os animamos a leer un fragmento de la novela aquí. ¡Seguro que os despertará las ganas de seguir leyéndola!