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Origami: el arte del plegado japonés

El origami, un arte japonés que trasciende la mera manualidad para convertirse en una expresión cultural, educativa y hasta científica. Sus raíces, firmemente ancladas en la cultura japonesa, han florecido a lo largo de los siglos y hoy inspiran a personas en todo el planeta.

Grullas de papel

De rituales sagrados a arte popular: Un viaje histórico

La palabra "origami" en sus inicios se refería simplemente a doblar una hoja rectangular por la mitad para escribir. Sin embargo, su historia se remonta a la Era Heian (794-1185), cuando estas figuras de papel plegado tenían un uso ceremonial, envolviendo objetos sagrados en rituales sintoístas.

Fue durante la Era Edo (1603-1868) cuando el origami se democratizó, convirtiéndose en una forma de entretenimiento accesible a medida que el papel se volvía más común y asequible. Así, pasó de ser una práctica ritual a un arte recreativo y educativo para el pueblo japonés.

Simbología y la evolución del arte del plegado

El origami está cargado de simbolismo en la cultura japonesa. La grulla de papel (tsuru u orizuru) es quizás la figura más emblemática, representando paz, esperanza y longevidad. La leyenda cuenta que quien doble mil grullas verá un deseo concedido o alcanzará una larga vida y felicidad.

En el siglo XX, el origami experimentó una transformación con el surgimiento del origami moderno, que valoraba tanto el resultado final como el proceso creativo. Figuras clave como Akira Yoshizawa, Isao Honda y Robert Harbin impulsaron este movimiento en las décadas de 1950 y 1960. Posteriormente, en la década de 1980, nació el origami matemático, que aplicaba el análisis geométrico de los pliegues para crear nuevas formas a partir de estructuras básicas.

La expansión del origami: De Japón a Europa y España

La apertura de Japón durante la Era Meiji (1868-1912) y la adopción de modelos educativos europeos, incluyendo los métodos de Friedrich Fröbel, permitieron la integración de la papiroflexia en el sistema educativo japonés. Esto propició una fusión entre las tradiciones de plegado de papel de Europa y Japón, enriqueciendo el arte.

La grulla de papel japonesa también cruzó fronteras hacia Europa, donde autores como Miguel de Unamuno (1864-1936) jugaron un papel importante en su difusión. Unamuno, creador de numerosas figuras de papel, especialmente "pajaritas" (popularizando este término en español), mencionó este arte en su ensayo “Amor y Pedagogía” (1902). Otro impulsor clave fue el Dr. Vicente Solórzano Sagredo (1883-1970), quien desarrolló gran parte de su trabajo de divulgación en Argentina.

El origami como herramienta educativa y científica

En Japón, el origami es mucho más que un simple pasatiempo. Es una herramienta educativa que enseña a los niños paciencia, precisión y respeto por los materiales, además de fortalecer habilidades de geometría y pensamiento lógico. Sorprendentemente, los principios geométricos del origami han encontrado aplicaciones en campos tan diversos como la ciencia, la ingeniería y la arquitectura, utilizándose en el diseño de estructuras plegables como paneles solares espaciales y stents médicos. El estudio del origami ha inspirado soluciones innovadoras en robótica, diseño de productos y exploración espacial.

Un viaje por el origami en Japón: Museos y lugares emblemáticos

Para los entusiastas del origami que visiten Japón, Tokio ofrece varios museos dedicados a este arte. El Ochanomizu Origami Kaikan, cerca del santuario de Kanda Myojin, es un edificio de seis plantas donde los visitantes pueden participar en talleres, experimentar con técnicas y adquirir una gran variedad de papel japonés. La entrada es gratuita y cuenta con una exposición permanente.

Otro punto de referencia es el Tokyo Origami Museum, gestionado por la Nippon Origami Association (NOA) en el distrito de Sumida, que también ofrece exposiciones, una biblioteca especializada y clases.

La ciudad de Kaminokawa (Prefectura de Tochigi), cuna del maestro Akira Yoshizawa, es considerada la "ciudad del origami". Aquí se celebran talleres periódicamente y el ORIGAMI Plaza rinde homenaje al maestro con exposiciones y talleres.

Santuario de Kanda Myojin. PhotoAC

Finalmente, Hiroshima tiene una conexión particularmente emotiva con el origami a través de la historia de Sadako Sasaki, la niña que, afectada por la bomba atómica, comenzó a plegar grullas con la esperanza de curarse y pedir por la paz. Aunque Sadako no completó las mil grullas, su historia se ha convertido en un símbolo mundial de paz y esperanza. En el Parque de la Paz de Hiroshima se erigió el Monumento a la Paz Infantil en su memoria, donde miles de personas envían grullas de papel cada año como un llamado a la paz mundial.

La Orizuru Tower en Hiroshima es otro lugar donde se puede aprender a plegar grullas y reflexionar sobre este poderoso símbolo.

Monumento a la Paz de Hiroshima (Cúpula de la Bomba Atómica)

El origami, con su rica historia, su profundo simbolismo y sus sorprendentes aplicaciones, es mucho más que un simple pasatiempo. Es un testimonio de la creatividad humana y una ventana fascinante a la cultura japonesa.

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