Japón es uno de esos lugares donde puede encontrarse la belleza en cada rincón. El viajero español encuentra en Japón arquitecturas, costumbres, e incluso, una naturaleza diferente a la que está acostumbrado y por tanto, es natural sorprenderse con la belleza de lo distinto. No obstante, es natural cuando se visita un destino querer conocer los lugares más bonitos. Japón se lo pone fácil al viajero puesto que cuenta con tres lugares designados como los tres paisajes escénico más bonitos del país, conocidos como Nihon Sankei. Estas vistas de paisajes permiten observar la naturaleza de Japón y están relacionadas con el mar que rodea el país y una abundante vegetación.
El origen de la selección de los lugares que forman parte del Nihon Sankei se remonta al periodo de Edo (1600-1867), cuando el erudito Shinsai Hayashi, tras recorrer el país, destacó los paisajes de la bahía de Matsushima, la costa de Amanohashidate y la isla de Miyajima como inolvidables y espectaculares. Desde entonces son considerados los paisajes más bellos de Japón y por tanto os invitamos a tenerlos en cuenta a la hora de preparar vuestro itinerario de viaje por Japón.
A continuación, os presentamos en detalle cada uno de los tres paisajes:
Bahía de Matsushima (prefectura de Miyagi)
La bahía de Matsushima está compuesta de 260 islas que salpican el mar que baña la costa de la prefectura de Miyagi. Su vista es tan bella que el célebre poeta japonés Matsuo Basho declaró que le era difícil describirla con palabras. Aunque la vista es bonita en cualquier momento, recomendamos especialmente situarse uno de los llamados Matsushima Shindaikan, los mejores cuatro miradores de la costa, al amanecer y disfrutar de la belleza del sol elevarse. Otra opción es subir a la torre de observación que ofrece unas vistas aéreas de toda la zona. En primavera, Matsushima está especialmente impresionante, debido a la floración de los cerezos sakura que tiñen la costa de rosa.
Durante el día, pueden explorarse algunas de las islas e islotes, poblados por una variada flora cuyo máximo exponente son los pinos japoneses de Thunberg y pinos rojos. ¡De hecho, Matsushima significa literalmente “islas de pinos” en japonés! Algunas islas son accesibles a pie gracias a puentes peatonales, otras en cambio, más alejadas, requieren de tomar un ferry. Los ferry que recorren la bahía cuentan con explicaciones en inglés que permiten al visitante aprender todo tipo de curiosidades sobre la zona. Desde estos barcos, es una de las mejores formas de disfrutar del paisaje de la bahía.
Una visita imprescindible en Matsushima son las cerca de cincuenta cuevas que utilizaban los monjes para meditar, situadas en la isla de Oshima. Además, antaño Matsushima fue un lugar para conmemorar a los muertos y por ello, en las cuevas pueden verse estatuas Jizo, el bodhisttva de los niños, los viajeros y del inframundo.
En esta zona también puede visitarse el templo Zuigan-ji, el templo zen más importante de la región de Tohoku. Aunque el edificio primigenio data del año 828, fue reconstruido en el siglo XVII por Date Masamune, el señor feudal de Sendai. Este edificio guarda muchos secretos para que los visitantes descubran dado que Date Masamune añadió al templo elementos que permitieron utilizarlo también como fortaleza, por ejemplo: la chimenea de la cocina también sirve como torre de vigilancia o un pasillo dotado del llamando “suelo de ruiseñor” que suena al pisarlo para avisar de la llegada de enemigos. Este tipo de suelo también lo encontramos en el Castillo de Nijo en Kioto.
Después de toda una jornada en la bahía de Matsushima seguro que tienes hambre, ¡la excusa perfecta para degustar las delicias locales! Matsushima es conocida por su pescado fresco y su marismo, ¡de hecho seguro que ves muchos pescadores durante tu recorrido! Algunos de los platos más conocidos son las ostras (disponibles entre octubre y marzo), las anguilas y los calamares. Para pasar un rato relajado, lo mejor será ir hasta Kanrantei, una casa de té tradicional con vistas a la bahía.
Grabado de Matsushima del aritista Hiroshige parte de su serie Lugares Famosos de las provincias.
Amanohashidate (prefectura de Kioto)
Amanohashidate es un banco de arena blanca y miles de verdes pinos que atraviesa el mar uniendo ambos lados de la bahía de Miyazu, al norte de la prefectura de Kioto. Tiene una longitud de 3,6 kilómetros, lo que lo convierte en un precioso paseo apto para todos los públicos que puede realizarse en aproximadamente 45 minutos a pie y 15 en bicicletas, que pueden alquilarse en la estación de tren de Amanohashidate ( Aquí puedes conocer algunas de las rutas ciclistas más famosas de Japón). Si visitas la zona en verano y te entra calor, puedes darte un chapuzón en el mar desde las playas del lado este del banco de arena. ¡Seguramente verás a muchos locales haciendo lo mismo!
Amanohashidate se traduce como “puente al cielo” pues da esa sensación cuando se observa desde las alturas de las montañas de sus extremos. Otras voces dicen que el banco de arena parece un dragón volando hacia el cielo. Estas evocadoras comparaciones lo ha convertido en un tema recurrente para inspirar a poetas en Japón. Por ello, pueden observarse por todo el banco de arena poemas haiku o tanka escritos en losas de piedra, escritos por grandes poetas e incluso por el emperador de Japón.
En el lado sur, se encuentra el parque temático View Land, al que puede subir en telesilla o funicular, disfrutando de las vistas. En el lado opuesto de la bahía se encuentra el parque Kasamatsu, al que puedes acceder por los mismos medios. Si llegas a este lugar, ¡no olvides adoptar la postura matanozoki! Durante más de un siglo los japoneses realizan esta pose para ver mejor la bahía: de espaldas al mar, dóblate hacia delante y mira entre las piernas. ¡Ya nos dirás que te parece esta forma de ver el cielo y la tierra del revés! Este parque es precioso en primavera cuando florecen sus más de cien sakura, normalmente en la primera quincena de abril.
A pesar de su belleza no es un destino demasiado conocido por los turistas internacionales, lo que lo convierte en un lugar perfecto para pasar un día tranquilo en la naturaleza.
Miyajima (prefectura de Hiroshima)
La isla de Miyajima es no solo la más conocida de las Nihon Sankei, sino que se ha convertido en una de las estampas más icónicas de Japón, gracias a su enorme torii que flota en las aguas del mar interior de Japón cuando la marea está alta. La pequeña isla de apenas 2.000 habitantes se ubica en frente de la ciudad de Hiroshima (a 10 minutos en ferry desde la estación de JR Miyajimaguchi).
Desde la antigüedad, la propia isla de Miyajima se ha considerado sagrada y por ello su principal santuario, Itsukushima, se construyó sobre las aguas para evitar que la gente mancillara el terreno sagrado. El torii es la puerta de entrada al santuario. Ambos están declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO. Sin embargo, ni mucho menos son los únicos atractivos de la isla, que está salpicada de templos y santuarios.
Además, los aficionados al senderismo disfrutaran coronando el monte Misen en aproximadamente 2 horas de camino, al que también puede accederse en teleférico. Este recorrido es especialmente pintoresco en los meses de otoño, cuando todo está teñido con colores rojizos. Desde la cima podrán observarse unas increíbles vistas panorámicas de toda la costa. También el monte Misen puede visitarse el templo Daishoin, construido por el monje Kobo Daishi.
La isla de Miyajima ofrece la oportunidad de alojarse en un ryokan, las posadas tradicionales japonesas. De esta forma, el viajero podrá explorar la isla casi vacía por la noche y pronto por la mañana, antes del primer ferry. Tampoco podéis abandonar este lugar sin probar los platos típicos: las ostras (temporada de octubre a marzo) y el momiji manju, un dulce relleno de anko (pasta de judías dulce) con forma de hoja de arce.
Ahora ya sabes cuales son los tres paisajes escénicos más bellos de Japón. ¡Solo te falta visitarlos!
