Blog Los rincones secretos de Japón
Japón se está convirtiendo en un punto de atracción para las parejas de recién casados. Su cultura, gastronomía y paisajes de ensueño trasforman este país en un destino perfecto de luna de miel.
¿Y por qué? Pues porque esconde rincones secretos que os vamos a desvelar a continuación (solo un poco) para que os animéis a envolveros por la belleza del país nipón.
Okunoshima, la Isla de los conejos
Empezando por este camino de descubrimiento, encontramos a Okunoshima, una pequeña isla de Japón, situada en el Mar Interior de Seto, ciudad de Takehara. Conocida como “Usagi Shima" (Isla Conejo), debido a los números conejos silvestres que corretean por sus praderas y que se acercan a saludar a los visitantes, esta pequeña porción de tierra dispone de números espacios para acampar y lugares históricos. También encontraréis un hotel y un campo de golf. Para llegar a esta isla hay que coger un ferry desde Tadanoumi y Omishima.
Nieve-polvo de la mejor calidad del mundo en Hokkaido
Para los amantes del deporte, otra maravilla que esconde Japón es la isla de Hokkaido, un lugar con un clima fresco en verano pero de abundantes nevadas en invierno. Su famosa y espléndida nieve en polvo de las pistas es un enclave de referencia para los amantes del esquí. Miles de personas lo visitan cada año para año para disfrutar de esta disciplina. Asimismo, es un lugar perfecto para los amantes de las actividades al aire libre gracias a la belleza natural de sus paisajes.
Aguas cristalinas, el paraíso de los submarinistas: Okinawa
Si seguimos buscando rincones secretos a descubrir por los deportistas, las aguas cristalinas de Okinawa son perfectas para bucear. Los recién casados podréis contemplar los hermosos arrecifes de coral y nadar entre peces de colores.
Sus impresionantes playas y el azul de sus aguas son un auténtico paraíso rico en fauna como tortugas marinas ballenas jorobadas, peces mariposa, manta rayas, tiburones martillo en Yonaguni.
Kawadoko, restaurantes sobre el río en Kioto
Kawadoko es un tipo de restaurante único al encontrarse sobre el río que une la tradición milenaria con la hospitalidad hospitalidad japonesa. Sin olvidarnos de sus impresionantes vistas, únicas en todo el mundo.
Cementerio Okuno-in
La leyenda cuenta que si andas por los caminos de madera del Cementerio Okuno-in puedes encontrar algún espíritu a la espera. Según la escuela budista shingon, en Okunoin “ya no hay muertos sino sólo espíritus a la espera”. Según dicen, un día Kobo Daishi, el fundador de la comunidad religiosa del Monte Koya, salió de su estado de meditación cuando llego a la tierra Miroku. Entonces, todas las almas que reposaban en las tumbas, también se levantaron. Este cementerio atrae a miles de visitantes cada año y actualmente cuenta con más de 200.000 tumbas.
Meoto Miwa o rocas casadas
Volviendo a los paisajes increíbles nos paseamos ahora por las Meoto Iwa comúnmente llamadas “las rocas casadas”. Se trata de dos rocas situadas en la prefectura de Mie y que están unidas por una pesada y gruesa cuerda shimenawa hecha con paja de arroz. Este lugar lo encontramos frente al mar del pequeño pueblo de Futami.
Y si os preguntáis qué tienen de especial estas rocas cascadas es que son consideradas sagradas por los fieles del cercano santuario de Okitama. Según la tradición sintoísta representan a los dioses creadores de Japón: Izanagi e Izanami; y, por tanto, la unión del hombre y la mujer. Por su parte, La cuerda shimenawa simboliza justamente el concepto de musubi: de unión entre ambas rocas o ambos dioses.
Templo gotokuji, templo de los gatos
En Tokio se alza el templo Gotokuji, famoso por ser considerado el lugar donde se originó el conocidísimo amuleto maneki-neko, (el famoso gato que tiene la pata superior derecha levantada a modo de saludo). Aunque existen muchas leyendas acerca del origen del maneki-neko, la más conocida es la que sale justamente del templo Gotokuji.
Si nos remontamos al siglo XVII, en la época Edo, el templo era muy pobre y tenía graves problemas económicos. El anciano monje que lo habitaba, compartía la escasa comida que tenía con su gata. Un día, un señor feudal fue sorprendido por una tormenta mientras cazaba. El hombre se refugió en un árbol cerca del templo y, mientras esperaba a que amainara la tormenta, vio una gata de color blanco, negro y marrón que le hacía señas para que se acercara a la puerta del templo. El hombre se acercó justo cuando cayó un rayó sobre el árbol que le había dado cobijo. Agradecido por haber salvado su vida, el hombre donó al templo campos de arroz y tierras de cultivo y financió sus reparaciones.
Este país en tremendamente interesante, ¿no te ha enamorado todo lo que has leído?,
¿qué parte de Japón quieres visitar antes?