Blog Raquel y Sergio: “Qué mejor destino de luna de miel que playas de ensueño mezclado con cultura japonesa”
Raquel y Sergio se comprometieron en un ryokan cercano al monte Fuji en su primer viaje a Japón, por ello consideraron que su luna de miel no podía tener otro destino que no fuera Japón. ¡Además, les quedaba mucho por ver del país! Y es que esta pareja tenía una “cuenta pendiente”: conocer las playas paradisiacas que esconde el archipiélago de Okinawa. Así, cumplieron su sueño y disfrutaron de las playas de arena blanca, el mar turquesa y el estilo de vida relajado de Okinawa y pasaron unos días explorando sus barrios favoritos de Tokio. ¿Quieres saber cuales son? Eso y mucho más nos lo cuentan en esta entrevista, ¡no te la pierdas!
¿Por qué elegisteis Japón como destino de vuestra luna de miel?
Nuestra pedida de mano fue en Japón, en nuestra primera visita al país. Pasamos una noche en el Monte Fuji, en un ryokan. Teníamos ganas de hacer una ruta de trekking pero aún había nieve, así que tras la visita a la Quinta Estación, nos relajamos en el onsen, nos pusimos nuestros kimonos y cenamos un menú degustación de sushi. Mientras yo no paraba de sacar fotos a la comida, Sergio sacó el anillo de la nada. Llevábamos ya 8 días de viaje por Japón y lo había llevado con él todo el tiempo sin que me se diera cuenta. ¡Fue super romántico! Como nos quedaban aún casi dos semanas de viaje, tuvimos que aguantarnos las ganas de contárselo a todo el mundo.
En esta visita se nos quedaron muchos sitios sin ver, uno de ellos, Okinawa. Por eso teníamos claro que íbamos a volver. ¡Qué mejor destino de luna de miel que playas de ensueño mezclado con cultura japonesa!
¿En qué época del año fuisteis en vuestra luna de miel?
Mediados de junio. Era época de lluvias en la zona y nos pilló alguna pero poco. Tuvimos suerte.
¿Qué recorrido hicisteis? ¿Cuántos días estuvisteis?
Veníamos de Vietnam y fuimos una semana a Okinawa, uno de los días lo pasamos visitando la isla Zamami. Después estuvimos 4 días en Tokio. Nos gustó tanto la primera vez que quisimos repetir. Visitamos también el parque temático Tokyo Disney Sea, ¡lo pasamos como enanos!
Si tuvierais que elegir vuestro lugar favorito de Japón, ¿cuál sería? ¿Por qué?
Takeshita Street en Harajuku, porque se pueden encontrar cosas muy variopintas y raras, nos parece muy kawai. Akihabara, porque somos muy frikis y nos encanta visitar todas las tiendas que hay. Y en Okinawa, el pueblecito al lado del hotel (Fuchaku), nos pareció muy entrañable.
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¿Es Japón como os lo esperabais? ¿Qué fue lo que más os sorprendió de la cultura japonesa?
Mejor de lo que esperábamos. Lo que más nos sorprendió fue la educación de la gente, lo respetuosos que son en el transporte público respetando las filas para entrar en los trenes, el cuidado que tienen al atenderte en las tiendas, las ganas de ayudarte incluso aunque no te entiendan… También la limpieza y como de cuidado está todo. Sin duda es una cultura de la que se puede aprender mucho.
¿Cuál fue vuestra experiencia/momento más romántico?
En Fuchaku, Okinawa, una noche salimos a cenar a un restaurante izakaya. Al salir estaba diluviando y fuimos los dos con un paraguas por la calle a oscuras, solo con la luz de los farolillos de los locales. Llegamos empapados, pero fue un momento muy entrañable.
Si pudierais repetir una de las experiencias ¿cuál sería?
Volveríamos al parque Disney. No nos imaginábamos que lo íbamos a pasar tan bien y no tiene nada que ver con los parques temáticos de aquí. El karaoke, ¡repetiríamos hasta quedarnos sin voz! Y volveríamos a comer ramen en Okinawa, en un sitio pequeñísimo y escondido, pero de lo más rico que hemos probado, fue toda una experiencia.
En cuanto a la gastronomía, ¿qué es lo que más os gustó? ¿Qué os traeríais a casa?
Takoyaki por kilos. No hemos probado ninguno igual en España. Las galletas rellenas de batata morada de Okinawa, riquísimas en todas sus variedades. El curry, ramen, okonomiyaki, los “platos combinados” de la cadena Yayoi, muy baratos y riquísimos. Cada edificio está lleno de sitios, a cuál más diferente.
¿Recomendarías a otras parejas viajar a Japón en su luna de miel? ¿Qué les dirías que no puede faltar en su estancia?
Desde luego. Es tan variado, que hay cosas que hacer para todos los gustos. Es una cultura tan diferente que se aprende muchísimo. Para todos los que vayan, no puede faltar bañarse en un onsen, probar las crepes de té matcha de los puestos de la calle, entrar en una tienda ‘Don Quijote’ y comprar cosas raras, probar bebidas de las máquinas expendedoras. Y visitar los templos es obligatorio, ¡por supuesto! Suelen tener historias y leyendas muy interesantes.
¿Nos contáis alguna anécdota?
Cuando nos íbamos de Okinawa, nuestro vuelo salía pronto así que madrugamos para ir con tiempo. Al llegar al aeropuerto de Naha estaba cerrado, resulta que tiene horario, nos pegamos un buen susto pensando que no íbamos a poder coger el avión. Y en Tokio, cuando se nos acabó la tarjeta de metro de turista, estuvimos un buen rato intentando comprar dos billetes en una de las máquinas. Al poner el idioma en inglés no entendíamos que nos pidiera insertar una tarjeta. Después de un rato nos dimos cuenta que era un cajero, no una máquina de billetes.
