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Blog “Sin duda Japón es un país que merece la pena visitar y empaparte de su forma de vida”

Jessica y Pablo han pasado 21 (inolvidables) días en Japón. Si tuviésemos que elegir una palabra para definir su experiencia sería, sin lugar a duda, ´intensa´. Han disfrutado de las ciudades del país, de su naturaleza, de sus tradiciones, de su gastronomía… pero, sobre todo, se han empapado de la cultura en cada lugar que han visitado. Hemos querido conocer en detalle cuáles son sus pasiones y las actividades que llevaron a cabo, que no son pocas. De hecho, como verás han exprimido su tiempo en Japón al máximo.

 

Jessica y Pablo han contestado a nuestras preguntas y nos han contado, entre otras muchas cosas, cuál ha sido la experiencia más romántica y la anécdota más entrañable. Un viaje que, aunque fuese su segunda visita a Japón, ha superado las expectativas que tenían antes de embarcarse en esta luna de miel. ¿Nos acompañas?

 

¿Cómo tomasteis la decisión de ir a Japón de luna de miel?

 

  La decisión no fue complicada: a los dos nos encanta la cultura japonesa y, aunque ya estuvimos en 2012, decidimos aprovechar la ocasión para pasar más tiempo allí y visitar con más detalle el país.

 

¿Nos cuentas vuestro itinerario? ¿Cuántos días estuvisteis en Japón?

 

   En total fueron unos 21 días y comenzamos el viaje en Osaka, donde aprovechamos para visitar Universal Studios. Jessica es muy fan de Harry Potter, así que la visita era prácticamente obligada. Antes de dejar Osaka pasamos una noche en Koya-san, en el templo budista Yochi-in. Para ambos, una de las mejores experiencias de todo el viaje. Es un pueblecito pequeño, pero muy apacible. Totalmente recomendable.

 

Después de Osaka pusimos rumbo a Hiroshima, con una parada a medio camino en Himeji para visitar el castillo. Pasamos noche en Hiroshima y al día siguiente fuimos a visitar la isla de Miyajima (lamentablemente el gran torii estaba en obras de restauración; aun así, disfrutamos del templo y nos mojamos los pies en la playa).

 

Al día siguiente nos dirigimos a la segunda gran ciudad del viaje: Kioto. Ya habíamos estado en el viaje que hicimos hace años, pero fue una visita muy rápida y no lo pudimos ver apenas. En este caso, estuvimos 4 noches en la ciudad y pudimos verla casi entera. Es una ciudad grande y los monumentos típicos están muy alejados unos de otros, así que es recomendable dedicarle al menos 3 noches para ver lo más representativo (Kinkaku-ji y Ginkaku-ji, Palacio Imperial, etc.). Nos dio tiempo incluso a visitar Inari, famosa por el rodaje de “Memorias de una Geisha”.

 

Después de Kioto nos dirigimos al norte, a la zona de los Alpes japoneses, donde visitamos Kanazawa, Shirakawa-go y Takayama, los pueblos más turísticos de la zona. En la época en la que fuimos (septiembre) a las cinco de la tarde ya es casi de noche, y cuando llegamos a Kanazawa no pudimos ver mucho debido a la falta de luz. Al día siguiente fuimos hacia Takayama, parando en Shirakawa-godonde se pueden ver las típicas casas gassho-zukuri, con esos tejados tan inclinados. Cuando llegamos a Takayama nos encontramos con el que resultó ser el mejor alojamiento de todo el viaje. Era una típica posada japonesa donde nos atendieron de maravilla, llegando a ofrecernos unos yukatas para visitar con ellos la ciudad. Después de cenar un delicioso ramen con gyozas, volvimos al hotel para disfrutar de un relajante baño.

 

Después de Takayama cogimos un tren a Hakone, famosa por sus onsen naturales. Allí pasamos una noche con la idea de visitar la ciudad al día siguiente, aprovechando el teleférico y el viaje en barco por el lago. Por desgracia, el día amaneció nublado y con mucho viento, además de riesgo volcánico, por lo que nos tuvimos que conformar con visitar el templo al lado del lago, paraguas en mano.

 

Tras Hakone nos esperaba el destino final de nuestro viaje: Tokio, la gran capital del país. Pasamos un total de 7 noches en la metrópolis y gracias a eso pudimos verla con calma: nos enseñaron el Palacio Imperial, consultamos nuestra fortuna en el templo de Senso-ji, nos perdimos en Shibuya y Shinjuku, subimos a la Torre de Tokio, fuimos de compras a Takeshita-dori, jugamos en los recreativos de Akihabara… En definitiva, vivimos la experiencia completa que te ofrece la ciudad.

 

 

Jessica, como bióloga, ¿qué destacas de la naturaleza de Japón?

 

Si hay una palabra que defina Japón es “contraste”, no sólo en los cultural o en su arquitectura, también en su paisajismo y naturaleza. El contraste de pasear por una gran ciudad como Tokio y encontrarte con grandes zonas verdes, como son el Parque Yoyogi o Ueno; o el contraste de salir de Osaka y pasar de una ciudad a campos de arroz, o de esos campos de arroz a zonas montañosas totalmente verdes. Pero también la integración de la cultura dentro de la naturaleza. Un ejemplo muy claro es Okunoin en Koya-san, donde la naturaleza demuestra su fuerza con árboles enormes que levantan algunas tumbas y dónde el verdín envuelve a las figuras de los monjes haciendo parecer que llevan un manto verde y protegiéndoles de la fuerte erosión del agua y el viento.

 

Si pudieseis repetir la experiencia más romántica, ¿cuál sería?

 

Seguramente repetiríamos la noche que pasamos en el ryokan de Takayama; no sólo por la experiencia de dormir en futón y pasear en yukata, sino porque, en general, fue un día muy agradable en una ciudad muy bonita.

 

 

¿Cómo organizasteis el viaje? ¿Cuáles eran vuestros imprescindibles?

 

Tuvimos mucho tiempo para preparar el viaje, así que nos dio tiempo a investigar, preguntar a amigos que ya habían estado, recordar lo que nosotros mismos vimos en el viaje anterior… En un primer momento estuvimos barajando la opción de pasar un par de noches en Okinawa y tener unos días de playa, pero finalmente desechamos la idea y decidimos pasar esas noches el Tokio para no quedarnos con la sensación de perdernos alguna parte de la ciudad.

 

Como fans que somos, si algo teníamos claro es que no queríamos dejar de visitar los Centros Pokémon de aquellas ciudades por las que íbamos a pasar. En total visitamos seis (uno en Osaka, uno en Hiroshima, uno en Kioto y los tres que hay en Tokio). Otro de los imprescindibles era Hiroshima, por su importancia en la historia de Japón.

 

 

Si hubieseis podido tener un día más en Japón, ¿qué habríais ido a visitar?

 

Seguramente habríamos ido al pueblo de los zorros de Zao, donde viven más de 100 zorros de seis especies diferentes. Por desgracia, estaba muy al norte y habríamos necesitado más tiempo para poder ir. En futuros viajes, quién sabe…

 

Un lugar que capture vuestro amor en Japón… (y por qué)

 

Un lugar que visitamos en el 2012 fue el mirador del Ayuntamiento de Tokio, donde hicimos un chiste acerca de si volveríamos allí en nuestra hipotética luna de miel. Finalmente, sí, volvimos. Y juntos, además.

 

Hemos visto en tu Instagram que te vestiste de kimono. ¿Nos cuentas la experiencia? 

 

[Jessica] Ya llevaba días queriendo vestirme de kimono; incluso habíamos mirado en muchos sitios de alquiler de kimonos en Kioto, pero al final era excesivamente caro para el tiempo que teníamos disponible. Afortunadamente, en nuestro alojamiento de Takayama nos ofrecieron un par de yukatas para pasear con ellos y visitar la ciudad, así que aprovechamos para hacernos unas fotos. Me tuvieron que ayudar a ponérmelo y, una vez puesto, había que andar con pasitos muy cortos, entre lo ceñido de la prenda y los zuecos de madera. Aun así, la experiencia fue bonita y me sentía muy guapa.

 

 

¿Recomendarías a otras parejas que celebrasen su luna de miel en Japón? ¿Por qué?

 

No sólo la luna de miel; es un país con muchos contrastes (ciudades grandes y pueblecitos pequeños, playa y montaña, modernidad y tradición), muy fácil de visitar por la cantidad de transporte público disponible y con una cultura muy especial que sólo se encuentra allí. La gente es muy amable y te ayudan en todo lo que pueden; no tuvimos ningún tipo de percance en todo el viaje. Sin duda es un país que merece la pena visitar y empaparte de su forma de vida.

 

¿Qué es lo que más os sorprendió de Japón?

 

Son pocas las papeleras públicas que te encuentras por la calle y, sin embargo, no encuentras basura tirada por las aceras. Todo el país tiene interiorizado un respeto por el espacio y el orden público que se ve reflejado en la limpieza de las ciudades y los baños públicos, la puntualidad del transporte, las zonas habilitadas para fumadores, etc. Por contra, al final de la tarde los locales sacan su basura a la calle para que lo recojan los servicios de limpieza, así que durante unas horas tienes que convivir con la basura acumulada durante todo el día.

 

Cuéntanos alguna anécdota de vuestro viaje.

 

Visitando el templo budista de Kiyomizu-dera, en Kioto, coincidimos con un grupo de escolares que estaban de excursión en el templo. Algunos de estos estudiantes se acercaron a nosotros y nos hicieron un par de preguntas en inglés, para practicar el idioma, suponemos, acerca de qué nos gustaba de Japón, nuestra comida preferida y demás, y al terminar nos regalaron una grulla de origami. Fue un momento divertido y entrañable.

 

Test Enjoy My Japan: Las 7 pasiones de Jessica

 

A continuación, y en el marco de la campaña Enjoy My Japan, hemos querido preguntar a Jessica y Pablo por aquello que, en su opinión, mejor representa las 7 pasiones de Japón, ya sean lugares o experiencias. A continuación, sus 7 respuestas:

 

Gastronomía: Okonomi-mura en Hiroshima (especialidad en okonomiyaki).

 

Actividades al aire libre: recorrer el Camino del Filósofo en Kioto.

 

Naturaleza: visitar el monte Koya.

 

Ciudades: Tokio

 

Arte: los detalles en madera de la arquitectura tradicional japonesa.

 

Relajación: Onsen en Takayama.

 

Tradición: experiencia shukubo en Koya-san.

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