Blog Parejas reales: "Me volvería a casar solo por la Luna de Miel"

La luna de miel es una de esas experiencias que solo pasan una vez en la vida, por eso que muchas parejas decidan hacer el viaje más increíble que han vivido hasta ahora. Organizar una boda siempre es motivo de ilusión, entusiasmo, alegría y felicidad, pero cuando se trata del viaje de novios, lo único que deseas es que llegue ese día en que tu pareja y tú os subáis a ese avión y toméis rumbo a ese destino tan soñado por ambos. Y es que el viaje de novios es uno de los preparativos más ansiados y deseados de toda pareja.

Si queréis vivir una luna de miel inolvidable, hacer como esta pareja, viajar a Japón y dejaros cautivar por su cultura oriental y maravillosos contrastes. Un país que os cambiará la vida y que marcará un antes y un después en vuestra historia de amor. Uno de los destinos turísticos por excelencia en los últimos años. Clara y Jer se fueron de luna de miel a Japón en agosto de 2016 y pasaron allí 21 días. Ella misma cuent a que la boda para ella fue un momento precioso pero que la organización fue muy estresante. Su luna de miel en Japón supuso evadirse de la realidad y olvidarse de todas las preocupaciones.

Su única preocupación era relajarse y disfrutar. En palabras textuales; “me volvería a casar solo por la luna de miel”.

Clara cuenta que Japón les pareció otro mundo, ¡imposible no volver enamorado del país y de sus gentes! Su recorrido por el país fue Tokio con excursiones a Hakone y Kamakura, Kioto, Osaka, Hiroshima y Miyajima y las aldeas de los Alpes japoneses, Takayama y Shirakawa-go.

Ambos buscaban una combinación de modernidad y tradición, querían comer bien y sobre todo dejar sorprenderse por el país. Pasaron unos días en la zona de los Alpes Japoneses (aldeas de Takayama y Shirakawa-go) porque Jer es un apasionado de las montañas y del mundo rural. Sin embargo, acabó siendo también uno de los lugares favoritos de Clara por su autenticidad y encanto. Una vez allí, consideran imprescindible probar la carne de Hida, típica de esa zona.

También nos cuentan que nada más bajarte del avión ya te sientes en otro mundo, es realmente un sentimiento lost in traslation. Todo se resume en descubrir y en dejar sorprenderse. “Tokio es una ciudad que parece infinita, con mil barrios que descubrir, no solo los más turísticos sino también los residenciales donde viven los locales y que están llenos de mercados, tiendecitas y parques como los que hemos visto en mil series de dibujos cuando éramos pequeños” cuenta Clara

En Tokio se dieron un homenaje cenando en un restaurante en un rascacielos y vivieron una velada mágica e inolvidable. También dieron un romántico paseo en las barcas del estanque del Parque Ueno, lleno de parejas japonesas. Y en ese mismo parque hay una gran cantidad de museos que disfrutar como el Museo Nacional de Tokio.

A ellos les encantaba perderse por sus calles y empaparse de la cultura oriental, integrándose con la gente local y descubriendo cómo era el día a día de los sitios que visitaban. Una noche fueron a una izakaya y conocieron a un grupo de jóvenes japoneses, con ellos fueron a un karaoke y fue de lo más divertido. Había disfraces, comida y bebida y lo mejor, canciones en inglés y en español.

Ellos mismos declaran que es imposible no enamorarse de Kioto. Sus calles y paisajes son todo lo que puedes esperar de Japón en su versión más tradicional. Lo mejor fue que se hospedaron en un ryokan, los alojamientos tradicionales de Japón. Su habitación tenía no solo futones para dormir, sino preciosas puertas correderas y hasta un baño termal japonés privado.

La cena la degustaban en la habitación vestidos de yukata, una especie de kimono. ¡El personal de hotel les ayudó a ponérselo y les hicieron algunas fotografías para que tuvieran de recuerdo! La cena recuerdan que fue espectacular, un curso de más de quince platos de cocina local, que venía incluido con la estancia. ¡De lo mejor del viaje!