Blog "La puesta de sol en Mijayima fue el momento más romántico"

¿Imaginas volver a recordar lo enamorado que estás gracias a un atardecer? Eso es lo que Japón puede hacer que sientas, José lo experimentó gracias a una puesta de sol en Miyajima. José y su mujer fueron de luna de miel al País del Sol Naciente, y pudieron visitar muchos lugares rodeados de sus seres más queridos. Decidieron hacer una luna de miel distinta, y llevarse al viaje a su hijo, a su familia y a sus amigos.

Tuvieron tiempo de vivir experiencias muy románticas en pareja, y pudieron disfrutar de otras en compañía, pero en todas ellas, tuvieron un denominador común: su amor por Japón, que les permitió de la cultura, gastronomía, ciudades... Ellos destacan de su estancia en Japón la amabilidad y respeto de los japoneses, lo que hizo que su viaje fuera inolvidable.

Nos lo cuentan en esta entrevista, ¿preparados para enamoraros de Japón?

¿Qué os hizo decantaros por Japón como destino para vuestra luna de miel?

En un principio estuvimos pensando en Italia como destino, pero, gracias a unos buenos amigos, cambiamos de opinión porque nos contaron que pensaban pasar unos meses en varias ciudades de Japón. Nos contaban tantas maravillas y con tanta ilusión, que, finalmente, decidimos que a Italia podíamos ir en otra ocasión. Meses antes, la ilusión de nuestra luna de miel se fue multiplicando, ya que amigos y familia decidieron estar a nuestro lado y volar con nosotros. Al final se unieron, junto a nosotros y nuestro hijo Rober.

Japón es un destino que, sin duda, tiene muchas opciones para disfrutar de la relajación, pero también de una gran actividad. ¿Cuáles fueron las dos actividades más opuestas que hicisteis?

Sin duda, las más opuestas fueron, por un lado, pasear por las calles de Shinsekaien Osaka: una explosión en el cerebro, por su diversidad de luces, escenarios diferentes, restaurantes, sonidos, aromas y muchísimo ajetreo, más incluso que en el centro de Tokio o Kioto.

Por el contrario, en el lado opuesto a las emociones de la ciudad, la maravillosa experiencia en un onsen que encontramos en un espacio precioso apartado de todo en la ciudad de Kurama, cerca de Kioto. Era un sitio maravilloso, espectacular, con un onsen exterior donde podíamos ver el cielo y las estrellas.

¿Qué fue lo que más os llamó la atención durante el viaje?

Como dato curioso, obviando que el país es maravilloso ahí donde lo mires, nos llamó la atención la limpieza, el orden, la amabilidad y la atención de su gente y, por supuesto, la seguridad de andar por las calles sin miedo ninguno, aunque fuera de noche. Sin embargo, la limpieza fue lo que más nos sorprendió, ¡incluso el metro estaba limpio!

¿Cómo preparasteis el itinerario de viaje?

Gracias a nuestros amigos, Mire y Pedro. Ellos se encargaron de hacernos un itinerario para que cubriera el máximo de cosas en el menor tiempo posible. Se encargaron de los horarios, visitas, hoteles, etc. En primer lugar, volamos el día 8 de marzo de Madrid a Tokio. Los días 9 y 10 estuvimos viendo Tokio, para el 11 coger el tren bala hacia  Kanazawa. Allí pasamos la noche y  el día 12, fuimos en el tren bala a Kioto, donde pasamos el día 12 y el 13. El día 14 viajamos a Nara donde pudimos pasar el día en el parque de Nara con la compañía de los ciervos y viendo el templo Todai-ji, con su enorme Buda.

El día 15 estuvimos en Hiroshima. Aquí sentimos que se paraba el tiempo viendo el museo de la Paz y, al mismo tiempo, pudimos ver la grandeza de cómo pudieron reconstruir de nuevo la ciudad. Desde Hiroshima cogimos un ferry hasta la isla de Mijayima, donde quedamos totalmente hipnotizados, no queríamos irnos de allí. El día 16 nos montamos en el tren otra vez para hacer día y noche en Osaka. Por último, los días 17 y 18 volvimos a Tokio para pasar los dos últimos días de viaje, paseando por sus calles, haciendo las últimas compras y disfrutando de la ciudad con un poco más de calma. Tuvimos la suerte de estar con un chico que era de Tokio, que nos llevó a los sitios más tradicionales para poder comer donde los japoneses comen a diario. Fue una experiencia muy chula porque estuvimos en las calles donde ellos se mueven, que no tienen nada que ver con todo lo comercial que puede tener la ciudad.

El lugar más romántico de Japón fue… ¿Por qué? ¿Y la experiencia?

Sin duda fue la puesta de sol en Mijayima. Fuimos enamorados, pero nos volvimos a enamorar otra vez en ese entorno tan bonito… los tres abrazados viendo el atardecer, como se funde la isla conforme iba subiendo la marea, los ciervos en la orilla… ¡fue una experiencia preciosa!

De los japoneses y su cultura, ¿qué resaltaríais de su forma de ser y de comportarse?

La verdad es que su amabilidad y su educación. Están dispuestos a acompañarte a la misma puerta del lugar que buscas si hace falta.

¿Qué actividades consideras que no se pueden perder los recién casados en su luna de miel en Japón?

Sin duda, recomendamos ir a un onsen, cuando te encuentres agotado del día, relajarse con un buen té y un baño relajante es la mejor opción. También visitar Akihabara, el barrio “friki” de Tokio, es muy divertido, la estación de Shibuya, una buena cena, un largo paseo por el santuario Fushimi Inari en Kioto…  Son cosas entretenidas para hacer en pareja. Sobre todo, en Fushimi Inari porque a la entrada hay puestos pequeños con una variedad muy grande de su gastronomía y en una sola calle puedes probar todo tipo de comida nacional. También en Kioto, es una experiencia muy romántica e inolvidable el bosque de bambú, al igual que el Pabellón Dorado porque con su vegetación y el lago, que parece que está recién pintado… es una explosión para los sentidos.

Si tuvieses que elegir tres adjetivos con los que calificar Japón, serían… 

Futuristas, porque están a años luz de nosotros.

Conservadores, porque tienen una cultura milenaria.

Respetuosos, tanto con el medio ambiente como con el turista.

¿Un recuerdo inolvidable de Japón?

El recuerdo inolvidable es la ilusión con la que nuestro hijo y nosotros disfrutamos de este país que, como nos dijo nuestro buen amigo y compañero de viaje, Pedro, Japón es un país al que la gente siempre está deseando volver. De nuestra experiencia en Japón, nos llevamos la manera en la que nos trataron, siempre con mucho aprecio y respeto. Estamos deseando volver.